Una joven chica llamada Sally, relata una experiencia que ella tuvo en unas de sus clases, dada por su profesor, Dr. Smith.
Al Dr. Smith lo Conocían por sus lecciones objetivas.
Un día particular, Sally llegò a sus clases y sabía que iba a ser un día de diversión. En la pared estaba un blanco grande, y en una mesa próxima estaban muchos dardos. El Dr. Smith les dijo a los estudiantes que dibujaran una foto de una persona que no les gustara, o de alguien que los haya puesto furiosos, y èl les dejarìa tirar los dardos a esa foto.
La amiga de Sally dibujó una foto de una muchacha que le había robado a su novio. Otra amiga dibujó la foto de su hermanito. Sally dibujó una foto de un amigo anterior, poniendo muchos detalles en su dibujo, hasta le dibujò las espinillas de la cara. Sally estuvo satisfecha con el efecto que ella había alcanzado. Se alineó en la fila para tirar los dardos. Algunos de los estudiantes lanzaron sus dardos con tal fuerza que sus blancos fueron rasgados. Sally miraba adelante en espera de su turno, y entonces se llenò de decepción cuando el Dr. Smith, debido a límites de tiempo, pidió que los estudiantes volvieran a sus asientos.
Cuando se sentó con el pensamiento de que estaba muy enojada porque ella no tuvo una ocasión de lanzar ningùn dardo a su blanco, el Dr. Smith comenzó a quitar los blancos de la pared.
Por debajo del blanco estaba una foto de Jesús. Un silencio cayó sobre el cuarto mientras que cada estudiante vio desmantelada la foto de Jesús; los agujeros y las marcas dentadas cubrieron su cara, y sus ojos fueron perforados.
El Dr. Smith dijo solamente estas palabras.....
"Si a uno de tus semejantes les haces un daño, me lo haces a mí" Mateo 25:40. "No había necesidad de otras palabras; las lágrimas llenaron los ojos de los estudiantes, centrados solamente en el cuadro de Cristo
miércoles, marzo 28, 2007
martes, marzo 27, 2007
El Eco
Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas. De repente, el hijo se cayó, se lastimó y gritó: "AAAhhhhhhhhhhhhhhh ! ! !".
Para su sorpresa, oyó una voz repitiendo, en algún lugar en la montaña: "AAAhhhhhhhhhhhhhhh ! ! !"
Con curiosidad, el niño gritò: ¿Quién eres tú?
Recibió de respuesta: ¿Quién eres tú? Enojado con la respuesta, gritó: "Cobarde" Recibió de respuesta: "Cobarde"
Miró a su padre y le preguntó: ¿Què sucede?
El padre sonrió y dijo: "Hijo, presta atención"
Y entonces el padre gritó a la montaña: "Te admiro"
La voz respondió: "Te admiro"
De nuevo el hombre gritó: "Eres un tonto"
La voz respondió: "Eres un tonto"
El niño estaba asombrado, pero no entendìa.
Luego el padre explicó: "La gente lo llama ECO, pero en realidad es la VIDA...Te devuelve todo lo que dices o haces...
Nuestra vida es simplemente reflejo de nuestras acciones. Si deseas màs amor en el mundo, crea màs amor a tu alrededor... Si deseas mas competitividad en tu grupo, ejercita tu competencia...
Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida... La vida te darà de regreso exactamente aquello que tú le has dado. "Tu vida no es una coincidencia... Es un reflejo de ti"
Alguien dijo: "Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa lo que emites"
Gálatas 6:7
No os engañeis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Para su sorpresa, oyó una voz repitiendo, en algún lugar en la montaña: "AAAhhhhhhhhhhhhhhh ! ! !"
Con curiosidad, el niño gritò: ¿Quién eres tú?
Recibió de respuesta: ¿Quién eres tú? Enojado con la respuesta, gritó: "Cobarde" Recibió de respuesta: "Cobarde"
Miró a su padre y le preguntó: ¿Què sucede?
El padre sonrió y dijo: "Hijo, presta atención"
Y entonces el padre gritó a la montaña: "Te admiro"
La voz respondió: "Te admiro"
De nuevo el hombre gritó: "Eres un tonto"
La voz respondió: "Eres un tonto"
El niño estaba asombrado, pero no entendìa.
Luego el padre explicó: "La gente lo llama ECO, pero en realidad es la VIDA...Te devuelve todo lo que dices o haces...
Nuestra vida es simplemente reflejo de nuestras acciones. Si deseas màs amor en el mundo, crea màs amor a tu alrededor... Si deseas mas competitividad en tu grupo, ejercita tu competencia...
Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida... La vida te darà de regreso exactamente aquello que tú le has dado. "Tu vida no es una coincidencia... Es un reflejo de ti"
Alguien dijo: "Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa lo que emites"
Gálatas 6:7
No os engañeis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
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lunes, marzo 26, 2007
Raíces
Tiempo atrás, yo era vecino de un médico, cuyo "hobby" era plantar árboles en el enorme patio de su casa. A veces observaba, desde mi ventana, su esfuerzo por plantar árboles y más árboles, todos los días.
Lo que más llamaba mi atención, entretanto, era el hecho de que él jamás regaba los brotes que plantaba. Pasé a notar, después de algún tiempo, que sus árboles estaban demorando mucho en crecer.
Cierto día, resolví entonces aproximarme al médico y le pregunté si él no tenía recelo de que las plantas no creciesen, pues percibía que él nunca las regaba. Fue cuando, con un aire orgulloso, él me describió su fantástica teoría. Me dijo que, si regase sus plantas, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían siempre esperando por el agua fácil, que venía de encima. Como él no las regaba, los árboles demorarían más para crecer, pero sus raíces tenderían a migrar para lo más profundo, en busca del agua y de las varias nutrientes encontradas en las capas más inferiores del suelo.
Así, según él, los árboles tendrían raíces profundas y serían más resistentes a las intemperies. Y agrego que él frecuentemente daba unas palmadas en sus árboles, con un diario doblado, y que hacía eso para que se mantuviesen siempre despiertas y atentas. Esa fue la única conversación que tuvimos con mi vecino.
Tiempo después fui a vivir a otro país, y nunca más volví a verlo.
Varios años después, al retornar del exterior, fui a dar una mirada a mi antigua residencia. Al aproximarme, noté un bosque que no había antes. ¡¡Mi antiguo vecino, había realizado su sueño!!.
Lo curioso es que aquel era un día de un viento muy fuerte y helado, en que los árboles de la calle estaban arqueados, como si no estuviesen resistiendo al rigor del invierno. Entretanto, al aproximarme al patio del médico, noté cómo estaban sólidos sus árboles: prácticamente no se movían, resistiendo estoicamente aquel fuerte viento.
Qué efecto curioso, pensé... Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, llevando palmaditas y habiendo sido privados de agua, parecía que los había beneficiado de un modo que el confort y el tratamiento más fácil jamás lo habrían conseguido.
Todas las noches, antes de ir a acostarme, doy siempre una mirada a mis hijos. Observo atentamente sus camas y veo cómo ellos han crecido.
Frecuentemente oro por ellos. En la mayoría de las veces, pido para que sus vidas sean fáciles, para que no sufran las dificultades y agresiones de este mundo... He pensado, entretanto, que es hora de cambiar mis oraciones.
Ese cambio tiene que ver con el hecho de que es inevitable que los vientos helados y fuertes nos alcancen. Sé que ellos encontrarán innumerables dificultades y que, por tanto, mis deseos de que las dificultades no ocurran, han sido muy ingenuos. Siempre habrá una tempestad en algún momento de nuestras vidas, porque, querramos o no, la vida no es muy fácil.
Al contrario de lo que siempre he hecho, pasaré a orar para que mis hijos crezcan con raíces profundas, de tal forma que puedan retirar energía de las mejores fuentes, de las más divinas, que se encuentran siempre en los lugares más difíciles.
Pedimos siempre tener facilidades, pero en verdad lo que necesitamos hacer es pedir para desenvolver raíces fuertes y profundas, de tal modo que cuando las tempestades lleguen y los vientos helados soplen, resistamos bravamente, en vez de que seamos subyugados y doblegados.
Jeremías 17:8
Porque él será como el árbol plantado junto á las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto.
Lo que más llamaba mi atención, entretanto, era el hecho de que él jamás regaba los brotes que plantaba. Pasé a notar, después de algún tiempo, que sus árboles estaban demorando mucho en crecer.
Cierto día, resolví entonces aproximarme al médico y le pregunté si él no tenía recelo de que las plantas no creciesen, pues percibía que él nunca las regaba. Fue cuando, con un aire orgulloso, él me describió su fantástica teoría. Me dijo que, si regase sus plantas, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían siempre esperando por el agua fácil, que venía de encima. Como él no las regaba, los árboles demorarían más para crecer, pero sus raíces tenderían a migrar para lo más profundo, en busca del agua y de las varias nutrientes encontradas en las capas más inferiores del suelo.
Así, según él, los árboles tendrían raíces profundas y serían más resistentes a las intemperies. Y agrego que él frecuentemente daba unas palmadas en sus árboles, con un diario doblado, y que hacía eso para que se mantuviesen siempre despiertas y atentas. Esa fue la única conversación que tuvimos con mi vecino.
Tiempo después fui a vivir a otro país, y nunca más volví a verlo.
Varios años después, al retornar del exterior, fui a dar una mirada a mi antigua residencia. Al aproximarme, noté un bosque que no había antes. ¡¡Mi antiguo vecino, había realizado su sueño!!.
Lo curioso es que aquel era un día de un viento muy fuerte y helado, en que los árboles de la calle estaban arqueados, como si no estuviesen resistiendo al rigor del invierno. Entretanto, al aproximarme al patio del médico, noté cómo estaban sólidos sus árboles: prácticamente no se movían, resistiendo estoicamente aquel fuerte viento.
Qué efecto curioso, pensé... Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, llevando palmaditas y habiendo sido privados de agua, parecía que los había beneficiado de un modo que el confort y el tratamiento más fácil jamás lo habrían conseguido.
Todas las noches, antes de ir a acostarme, doy siempre una mirada a mis hijos. Observo atentamente sus camas y veo cómo ellos han crecido.
Frecuentemente oro por ellos. En la mayoría de las veces, pido para que sus vidas sean fáciles, para que no sufran las dificultades y agresiones de este mundo... He pensado, entretanto, que es hora de cambiar mis oraciones.
Ese cambio tiene que ver con el hecho de que es inevitable que los vientos helados y fuertes nos alcancen. Sé que ellos encontrarán innumerables dificultades y que, por tanto, mis deseos de que las dificultades no ocurran, han sido muy ingenuos. Siempre habrá una tempestad en algún momento de nuestras vidas, porque, querramos o no, la vida no es muy fácil.
Al contrario de lo que siempre he hecho, pasaré a orar para que mis hijos crezcan con raíces profundas, de tal forma que puedan retirar energía de las mejores fuentes, de las más divinas, que se encuentran siempre en los lugares más difíciles.
Pedimos siempre tener facilidades, pero en verdad lo que necesitamos hacer es pedir para desenvolver raíces fuertes y profundas, de tal modo que cuando las tempestades lleguen y los vientos helados soplen, resistamos bravamente, en vez de que seamos subyugados y doblegados.
Jeremías 17:8
Porque él será como el árbol plantado junto á las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto.
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domingo, marzo 25, 2007
La Balsa
En 1816 una fragata francesa encalló cerca de Marruecos. No habían suficientes botes salvavidas. Los restos del navío formaron la única balsa que mantuvo a 149 personas. La tempestad los arrastró al mar abierto por más de 27 días sin rumbo.
La dramática experiencia de los sobrevivientes impresionó a un artista: Gericault, que hizo un estudio sustancial de los detalles para esta pintura. Él entrevistó a los supervivientes, a los enfermos e incluso vio a los muertos. Horrorizado reprodujo la íntima realidad humana en esa situación.
"La Balsa de la Medusa" de Theodore Gericault. Figuración de un acontecimiento que conmovió a Francia. El naufragio de la nave la Medusa (el 2 de Julio de 1816), con repercusiones que tocaron lo más profundo del alma humana.
En ella vemos las diferentes actitudes humanas que se manifiestan en los momentos límites de la vida.
Nos queda pensar en que lugar estaríamos nosotros.
¿Cuántas veces atravesamos situaciones difíciles y de qué forma las enfrentamos?
¿Nos dejamos derrotar? ¿Tiramos a la deriva todas nuestras fuerzas?
¿No creemos que tenga solución?
¿Dudamos de todo y de todos?
¿Somos los que mantenemos la esperanza por encima de todo?
¿No dejamos de esforzarnos para llegar al triunfo?
Si ustedes observan detenidamente, puede decirse que no se ve ningún navío que viene a rescatarlos. Pero sin embargo hay un grupo decidido a luchar hasta sus últimas fuerzas para salvar a toda la tripulación. La Balsa es el Planeta, los tripulantes forman la Humanidad y las actitudes que cada uno adopta ante la vida.
"La esperanza está en Jesús quien nos hará triunfar en cada Circunstancia que nos toca Vivir"
Job 14:7 "Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; retoñará aún, Y sus renuevos no faltarán"
Salmos 71:5 "Porque tú, oh Señor, eres mi esperanza: Seguridad mía desde mi juventud."
Romanos 15:13 "Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz creyendo, para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo."
La dramática experiencia de los sobrevivientes impresionó a un artista: Gericault, que hizo un estudio sustancial de los detalles para esta pintura. Él entrevistó a los supervivientes, a los enfermos e incluso vio a los muertos. Horrorizado reprodujo la íntima realidad humana en esa situación.
"La Balsa de la Medusa" de Theodore Gericault. Figuración de un acontecimiento que conmovió a Francia. El naufragio de la nave la Medusa (el 2 de Julio de 1816), con repercusiones que tocaron lo más profundo del alma humana.
En ella vemos las diferentes actitudes humanas que se manifiestan en los momentos límites de la vida.
Nos queda pensar en que lugar estaríamos nosotros.
¿Cuántas veces atravesamos situaciones difíciles y de qué forma las enfrentamos?
¿Nos dejamos derrotar? ¿Tiramos a la deriva todas nuestras fuerzas?
¿No creemos que tenga solución?
¿Dudamos de todo y de todos?
¿Somos los que mantenemos la esperanza por encima de todo?
¿No dejamos de esforzarnos para llegar al triunfo?
Si ustedes observan detenidamente, puede decirse que no se ve ningún navío que viene a rescatarlos. Pero sin embargo hay un grupo decidido a luchar hasta sus últimas fuerzas para salvar a toda la tripulación. La Balsa es el Planeta, los tripulantes forman la Humanidad y las actitudes que cada uno adopta ante la vida.
"La esperanza está en Jesús quien nos hará triunfar en cada Circunstancia que nos toca Vivir"
Job 14:7 "Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; retoñará aún, Y sus renuevos no faltarán"
Salmos 71:5 "Porque tú, oh Señor, eres mi esperanza: Seguridad mía desde mi juventud."
Romanos 15:13 "Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz creyendo, para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo."
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