viernes, enero 25, 2008

Lo mejor aún


John Erskine fue uno de los hombres más versátiles y mejores educados de su época, un verdadero ¨hombre del Renacimiento¨.


Fue educador, considerado uno de los mayores maestros que jamás haya tenido la Universidad de Columbia.


Era concertista de piano, autor de sesenta libros, estaba al frente de la Escuela de Música Julliard, y era un popular conferencista lleno de ingenio para una gran cantidad de grupos. Poseía un contagioso entusiasmo por aprender.


Los estudiantes concurrían a las clases de Erskine no por su fama o consumada carrera, sino por lo que él creía de ellos. Erskine poseía la firme creencia que el mundo no le pertenecía a él, sino a sus alumnos.


Les decía frecuentemente: ¨Los mejores libros aún no se han escrito. Las mejores pinturas aún no se han pintado, los mejores gobiernos aún no se han formado.


¡Lo mejor aún debe ser hecho por ustedes!¨


Fue su entusiasmo por la vida y su optimismo por el mañana los que se convirtieron en su mayor atributo y herencia.


Todo hombre tiene momentos de entusiasmo. Algunos lo poseen por treinta minutos, otros por treinta días, pero el que lo posee por treinta años es el que triunfa en la vida.


Mire siempre hacia adelante y hacia las alturas. Sus mayores contribuciones hacia la vida, sus mejores entregas, sus mejores cuidados, lo mejor de su amor, ¡aún está por darse!


Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Hebreos 12:1
Fuente: El libro devocionario de Dios para hombres.

Editorialunilit.com

Ford y el motor V8


El genio del automóvil, Henry Ford, una vez concibió un plano revolucionario para una nueva clase de motor. Lo conocemos ahora como el V-8. Ford estaba ansioso de poner esta nueva idea en producción. Puso a algunos hombres a dibujar los planos y los presentó a los ingenieros.


Cuando los ingenieros examinaron los dibujos, uno a uno llegaron a las misma conclusión: su visionario jefe no sabía mucho sobre los principios fundamentales de la ingeniería. Le dijeron con toda amabilidad que su sueño era imposible.


Ford dijo: "Fabríquenlo de cualquier manera". Ellos contestaron: "Pero es imposible". "Háganlo", ordenó Ford, "y trabajen hasta que lo logren, no importa cuánto tiempo se requiera".


Por seis meses lucharon dibujo tras dibujo, diseño tras diseño. Nada. Otros seis meses. Nada. Al fin del año, Ford se reunió con sus ingenieros, y una vez más le dijeron que lo que él quería era imposible. Ford les dijo que continuaran. Continuaron. Y descubrieron cómo construir un motor V-8.


Ford y sus ingenieros vivían bajo el mismo cielo, pero no tenían el mismo horizonte. John C. Maxwell,


Dios coloca en nuestros Corazones visiones que quizá no concuerden con la de quienes nos rodean, sin embargo no olvidemos que es Él quien la ha puesto allí.


Habacuc 2:3Aunque la visión tardará aún por tiempo, más al fin hablará, y no mentirá: aunque se tardare, espéralo, que sin duda vendrá; no tardará.


Daniel 8:26Y la visión de la tarde y la mañana que está dicha, es verdadera: y tú guarda la visión, porque es para muchos días.


Filipenses 4:13
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece"

miércoles, enero 23, 2008

El niño y el perrito


El dueño de una tienda estuvo clavando un anuncio al frente de su lugar de comercio que dijo “Se Vende Perritos” cuando de repente un niño apareció y le preguntó, “¿Cuánto cuesta comprar uno de estos perritos?”


El dueño contestó, “Dependiendo al perro, cuesta de $300 a $500 pesos cada uno.”


El niño puso su manito en su bolsillo y sacó algunas moneditas y dijo, “Solo tengo veinte siete pesos con cincuenta centavos. ¿Me dejarás por lo menos ver y tocar con uno de los perritos?”


El dueño rió y dijo, “Por supuesto”, abrió la jaula y sacó uno de los perritos más hermosos.


El niño observó que uno de los perritos estaba escondiéndose en el rincón de la jaula y que andaba como que si era cojo. El niño preguntó, “Y qué anda mal con este perrito, Señor?”


El dueño explicó que tenía algo mal con su cadera y que siempre será cojo.


El niño empezó a animarse bastante y dijo, “Ese es el perrito que deseo comprar.”


El dueño dijo, “No, hijo mío, tu no quieres comprar ese perrito. Si lo quieres, simplemente te lo regalo.”


El niño apunto su dedo al dueño y dijo, “No señor. No quiero que me regalas este perrito. Ese perrito tiene el mismito valor que cualquiera de los otros perritos. Y yo estoy dispuesto a pagar el precio completo. Si está bien contigo, te entregaré todo lo que tengo, los veintisiete pesos con cincuenta centavos y te prometo pagar cincuenta centavos cada mes hasta pagar por el perrito por completo.”


El dueño siguió insistiendo que no debería de comparar ese perrito. “Es que no entiendes, niño. Este perrito nunca jamás podrá brincar y correr contigo como los demás perritos deben.”


Para su gran sorpresa el niño levanto uno de sus pantalones y le mostró el soporte de metal que reforzaba su pierna destrozada por el polio. “Pues yo tampoco brinco y corro bien”, dijo el niño con voz muy suave, “y este perrito necesitará a alguien que le entiende bien”.


Hay alguien que te aprecia por lo que eres, te acepta y te ama incondicionalmente, porque ha estado en tus zapatos.. Su nombre es Jesucristo


Porque no tenemos un sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza. Hebreos 4:15.

Comiendo Pasto


Una tarde un abogado iba en su limusina cuando vio dos hombres al costado de la ruta comiendo pasto. Preocupado, ordenó a su chofer detenerse y bajó a investigar. Le preguntó a uno:


-¿Por qué están comiendo pasto?


-No tenemos dinero para comida, dijo el pobre hombre. Tenemos que comer pasto.


-Bueno, entonces Uds. vengan a mi casa y yo los alimentaré dijo el abogado.


-Pero Sr. tengo esposa y dos chicos conmigo. Están allí, debajo de aquél árbol.



-Que vengan también, dijo el abogado. Volviéndose al otro pobre hombre le dijo:


-Ud. también venga.


El hombre, en una voz lastimosa dijo:


Pero Sr. yo también tengo esposa y SEIS hijos conmigo.


-Que vengan ellos también. Respondió el abogado.


Entraron todos en el auto, lo que no fue fácil, aún para un automóvil tan grande como la limusina.


Una vez en camino, uno de los pobres tipos lo miró al abogado y dijo:


-Sr. Ud es muy bueno. Gracias por llevarnos a todos con Ud.


El abogado dijo: - Feliz de hacerlo, les va a encantar mi casa. El pasto está como de tres metros de alto.


Asombro sin duda estaba en el rostro de quienes esperaban recibir algo mejor. Con Dios podemos estar seguro de que él tiene lo mejor para nosotros. Él nos nos agrega más miseria, sino total bendición.


¡Gracias al Dios de tu padre, que te ayuda! ¡Gracias al Todopoderoso, que te bendice! ¡Con bendiciones de lo alto! ¡Con bendiciones del abismo! ¡Con bendiciones de los pechos y del seno materno! Genésis 49:25


Entre ustedes no deberá haber pobres, porque el Señor tu Dios te colmará de bendiciones en la tierra que él mismo te da para que la poseas como herencia. Deuteronomio 15:4

Papá me escucha


Susan Thompson, tanto como puedo recordar, siempre practicó tocar el piano. Aún tomaba lecciones cada semana. Pero lo que resaltaba más que cualquier cosa era que practicaba cuatro horas cada día. El problema era que no debería poder tocar el piano.


No importaba cuánto practicase, nunca mejoraba. Todos le preguntaban por qué no se rendía. Ella explicaba que este era su único y verdadero gozo en la vida. Era algo que nadie podía arrebarle.


Y es que ella era adoptada y, mientras crecía, siempre recibió lo que le quedaba pequeño a los demás. Como ella era la más joven en esta familia, hubo un montón de cosas que le pasaron. La única cosa que ella podía llamar suya era el piano que compraron sus padres. Aún si era de segunda, todavía era suyo ya que ninguno de los demás hijos le interesaba tocarlo.


Las semanas si hicieron meses y los meses, años. Nunca se rindió. Durante la escuela primaria y aún durante la secundaria, practicó. Sus maestros de piano le permitían, de vez en cuando, participar en un recital. Generalmente la dejaban de última, de esa manera los otros padres podrían irse sin escucharla. Sí, así de mal tocaba.


Tal vez nos preguntemos por qué era tan mala. ¿Era sorda a los tonos musicales? ¿Era sorda? No, ella sólo tenía ocho dedos. Todos los maestros de piano le dijeron que nunca podría tocar bien debido a eso. Susan nunca se rindió: solo sonreía y seguía practicando.


Tras cumplir 24 estaba laborando en Wal-Mart como cajera. A la gente la sorprendía que ella pudiese manejar casi cualquier cosa sin problemas. Desde empacar cosas hasta contar el cambio. Susan laboró allí durante los siguientes 15 años. Incluso llegó a ser jefa de los cajeros.


Un día, mientras trabajaba, la tienda anunció una llamada para ella. Esto no era inusual ya que de vez en cuando, sus padres le pedían a uno de los niños que la llamasen para que trajese algo de la tienda a casa. Pero este día ese no fue el caso. La llamada era de una de sus hermanas. Ella dijo que Papá había muerto y que necesitaba volver a casa. Sin dudarlo, llamó al supervisor y le dieron permiso.


De camino a casa, lloró intensamente. Ella siempre había tenido un lugar especial en su corazón para su Papá, aunque no fuese su padre biológico. Fue él quien insistió que comprasen el piano. También fue él quien mantenía a raya la familia mientras ella practicaba. Tal mal como sonase, no permitía que los demás muchachos la molestasen.


Tres días después, una vez que se hicieron los arreglos para el funeral, Susan pidió tocar. Todos los muchachos estaban en contra de aquello, pero Mamá insistió que estaría bien. Tienen que comprender que Papá era un hombre bien querido y que su funeral iba a ser bien asistido. Los muchachos no querían sufrir la vergüenza de tener que escucharla a ella tocar el piano, especialmente durante el funeral de su padre.


Cuando Susan se sentó al piano, hubo un silencio tal en la iglesia que uno pudiese haber oído caer un alfiler. Todos conocían a Susan y sabían cómo tocaba. Todos pensaron que era una manera maravillosa de honrar a su padre.


Ella comenzó a tocar Sublime Gracia y el sonido que salió del piano no semejaba nada que hubiesen oído jamás. Era como si un ángel tocase. Las notas eran tan claras y Susan aún agregó unas pocas de ella misma. Para cuando ella terminó de tocar, no había un ojo seco en toda la iglesia. Cuando se desvaneció la última nota, Susan se puso en pie, se dirigió a su Papá y le dio un beso de despedida. Entonces se fue a su asiento y lloró.


Tras el culto, la gente se reunió a su alrededor para preguntarle por qué nunca había tocado así antes. Ella dijo: “Hoy era el primer día del resto de su vida en que su Papá podría oírla tocar”. Y es que su Papá era sordo de nacimiento y aunque había ido a cada uno de sus recitales, nunca la había escuchado. Ella sabía que ese día y para siempre, ahora podría oír.


Susan llegó a tocar el piano para su iglesia y en muchas otras funciones. También llegó a ser maestra de piano. Siempre la podíamos escuchar decirle a un estudiante nuevo que no importaba cuán mal sonase al comienzo, aprenderían a tocar. Cuando le preguntaban cómo podía saberlo, ella simplemente contestaba: “Mi padre está escuchando”.


Richard Causey, copyright 2007Fuente: http://www.motivateus.com/


Dios siempre no escucha porque es el Gran y Buen Padre. No temas ofrecerle a él lo mejor de ti. Él siempre te espera.


Y escucha la súplica de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren hacia este lugar; escucha tú en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona. 1 Reyes 8:30


Escucha tú desde los cielos y obra y juzga a tus siervos, condenando al impío haciendo recaer su conducta sobre su cabeza, y justificando al justo dándole conforme a su justicia. 1 Reyes 8:32

Excavando Oro


Cuando era un muchacho en Santa Cruz, California, solía ayudar a mi abuelo en los campos aledaños a su hogar. Esta no era su tierra pero no era extraño en aquellos días canjear con los vecinos el trabajarla para ellos para cultivar los vegetales que le encantaban. Entonces los compartía con los vecinos a manera de pago.


Él cultivaba maíz, frijoles, guisantes, calabacines, pepinos y ajos. Y nadie podía cultivar dalias más grandes que mi abuelo.


Mientras laboraba a su lado, le encantaba contar la historia de un hombre llamado Giuseppe (Joe) y su esposa que se mudaron a una nueva granja con sus tres hijos. Se estaban asentando en la nueva comunidad cuando un granjero vecino le dijo a Joe que había oro en el polvo de su nueva propiedad.


Joe interpretó esa declaración como que había oro de verdad en la tierra. Pensó para sí: “Tengo tres hijos saludables; les pondré al tanto”. Efectivamente, les dijo a sus hijos que había oro a ser hallado en su nueva propiedad. Es innecesario decir que sus hijos se hicieron cargo de su empresa personal justo en su propia tierra.


Tenían sueños de qué harían cuando hallasen oro. Cada uno tenía una visión distinta. Y aunque eran bastante jóvenes, tomaron un enfoque muy profesional en la excavación por el oro.


Comenzaron en una esquina con un cierto ancho y continuaron hasta llegar al final. Una vez que llegaron al límite de la propiedad, comenzaban otra franja en la otra dirección. ¡Se dieron cuenta que buscar oro era divertido! Este procedimiento siguió por unos seis meses y todavía no habían recorrido toda la propiedad.


Mientras tanto Joe pensó en sembrar algunos cultivos en el área en la que la tierra había sido volteada a fondo. Sembró maíz, tomates, patatas y cebollas. Sus hijos continuaron excavando a través del terreno, decididos a hallar oro. Entre más tierra estuvo disponible, Joe sembró más cultivos.


Un punto interesante aquí es que Joe nunca había sembrado antes pero siempre había soñado con hacerlo.


Cuando cada cultivo distinto estuvo listo para ser cosechado, Joe se dio cuenta de que había mucho más de lo que él y su familia jamás podrían comer. Uno de los vecinos de Joe sugirió que pusiese un puesto de vegetales. Joe y su esposa lo hicieron. Lo llamaron “Vegetales de Joe y Familia”.


Joe tuvo aún que dejar algunos cultivos en la tierra porque tenía más que suficiente para llenar la demanda del puesto de vegetales.


¿Qué estaban haciendo los hijos de Joe mientras tanto?


Todavía seguían trabajando la tierra aún después de haber terminado la parcela completa. Comenzaron de nuevo, en la esquina original, trabajando en el material sembrado sobrante mientras se mantenían en su búsqueda del oro.


Este proceso continuó por años y Joe y su esposa se hicieron bastante ricos en consecuencia a su pequeño puesto de vegetales. Hasta pudieron enviar a sus hijos a la universidad sencillamente porque querían hallar oro.


¿Recuerdan cuando al comienzo de la historia el vecino le había dicho a Joe que había oro en su tierra? Buena, la verdad es que la comprensión de Joe del idioma inglés era menos que perfecta. Su nuevo vecino y amigo en realidad le dijo que su tierra tenía un suelo rico. Así que pueden ver de dónde se originó el concepto del oro.


¿Se hicieron esclavos de la excavación lo hijos de Joe? No, fueron inspirados porque tuvieron visiones de lo que el dinero podría hacer por ellos y no se enfocaron en el dinero en sí.


¿Habrá una manera de llevar esta historia a un nivel superior?

Sí, [Dios] nos provee la oportunidad y algunas veces cuelga la zanahoria frente a nosotros para inspirarnos. En esencia, los hijos de Joe fueron inspirados con la posibilidad de hallar oro en la tierra.


Algunos de ustedes, estoy seguro, de que sacarán sus propias lecciones, pero aquí hay una a considerar. Vayamos y asumamos que hay oro en todos nuestros desafíos y reveses para que podamos ser inspirados a motivarnos a nosotros mismos a permitir [a Dios] proveer todo lo que necesitamos y algo más. [Dios] nunca nos hará a un lado mientras que nosotros no nos rindamos.


Tony Masiello, copyright 2006 (editado por el Capellán) Fuente: http://www.asamanthinketh.net/


Y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel. Exodo 3:17


"Por eso os he dicho: 'Vosotros poseeréis su tierra, y yo mismo os la daré para que la poseáis, una tierra que mana leche y miel.' Yo soy el SEÑOR vuestro Dios, que os he apartado de los pueblos. Levítico 20:24

La Zorra y el Chivo


Cayó una zorra en un profundo pozo, viéndose obligada a quedar adentro por no poder alcanzar la orilla.


Llegó más tarde al mismo pozo un chivo sediento, y viendo a la zorra le preguntó si el agua era buena. Ella, ocultando su verdadero problema, se deshizo en elogios para el agua, afirmando que era excelente, e invitó al chivo a descender y probarla donde ella estaba. Sin más pensarlo saltó el chivo al pozo, y después de saciar su sed, le preguntó a la zorra cómo harían para salir allí.


Dijo entonces la zorra: “Hay un modo, que sin duda es nuestra mutua salvación. Apoya tus patas delanteras contra la pared y alza bien arriba tus cuernos; luego yo subiré por tu cuerpo y una vez afuera, tiraré de ti”.


Le creyó el chivo y así lo hizo con buen gusto, y la zorra trepando hábilmente por la espalda y los cuernos de su compañero, alcanzó a salir del pozo, alejándose de la orilla al instante, sin cumplir con lo prometido.


Cuando el chivo le reclamó la violación de su convenio, se volvió la zorra y le dijo: “¡Oye, socio, si tuvieras tanta inteligencia como pelos en tu barba, no hubieras bajado sin pensar antes en cómo salir después!”


Antes de comprometerte en algo, piensa primero si podrías salir de aquello, sin tomar en cuenta lo que te ofrezcan tus vecinos.


Fábula de Esopo Fuente: http://www.edyd.com/


Dios da discernimiento a sus hijos para que puedan detectar las cosas antes de tiempo y cada decisión sea solida y estable.


Dios dio a Salomón sabiduría, gran discernimiento y amplitud de corazón como la arena que está a la orilla del mar. 1 Reyes 4:29


El hombre será alabado conforme a su discernimiento,pero el perverso de corazón será despreciado. Proverbios 119:99

Un Rincón lleno de basura


La casa era hermosa, del estilo del siglo diecinueve, y estaba rodeada de bellos jardines. Dentro de la casa había colecciones de relojes antiguos, lámparas de dos siglos de edad, sombrillas de todos los países, estatuillas de marfil, y otras muchas antigüedades. Pero Joan Abery, la dueña, de Reading, Inglaterra, nunca vivió allí. Ella vivió, durante treinta y cinco años, en un vaciadero de basuras.


Joan Abery había sido víctima de un cruel abandono. Su novio la había dejado plantada en el altar treinta y cinco años atrás. Eso la destrozó. No sólo rehusó poner pie bajo el techado de su casa, sino que nunca permitió que ningún otro viviera allí. Prefirió vivir entre la basura, rodeada de ratas y de cucarachas, que en su hermosa casa. Y allí murió, anciana ya, decrépita y solitaria.


Hay un proverbio bíblico que dice: «Más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera» (Proverbios 21:9). En su amargura, Joan Abery modificó el proverbio de la siguiente manera: «Más vale habitar en un rincón lleno de basura, sola y tranquila, que en espaciosa casa mal acompañada.»


La basura no es lugar para vivir. Dios no hizo al ser humano para vivir en medio de la basura. Al contrario, Dios hizo para el hombre y la mujer un jardín encantador que les dio por vivienda. Fue la derrota, la sensación de desgracia y fracaso, lo que los llevó a alojarse entre los desperdicios y las alimañas. Joan merecía vivir en casa propia, rodeada de sus colecciones de arte, y entre jardines y flores, pero prefirió vivir entre la basura.


Así mismo hay muchas personas hoy en día que, pudiendo vivir en la limpieza y en el orden, en la belleza y en la cultura, prefieren vivir en medio de desperdicios y desechos morales. Porque vivir en medio de chismes y discordias, de peleas, de insultos y maltratos, es vivir entre la basura.
Vivir en borracheras continuas, en drogas y delitos; andar ocultando con vergüenza una doble vida; practicar descaradamente toda suerte de aberración moral, adulterios, abandono de hijos, desfalcos monetarios y traición de confianzas, es vivir entre la basura. No sólo la ciudad tiene sus basureros; también los tiene la sociedad que vive en ella.


Cristo quiere librarnos de toda basura moral. Él quiere darnos una vida limpia. Él quiere que vivamos en armonía y paz. Él quiere proporcionarnos una completa y total emancipación. Aceptemos el hogar de Dios. No vivamos más en los basureros de este mundo. Sólo en Cristo hay verdadera pureza.



No permitas que en este nuevo año tu vida se desenvuelva en un rincón lleno de basura. Prueba una nueva vida en Cristo.


Ama al Señor tu Dios, obedécelo y sé fiel a él, porque de él depende tu vida, y por él vivirás mucho tiempo en el territorio que juró dar a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. Deuteronomio 30:20


¡Sonríele a la vida, Israel! ¿Quién como tú, pueblo rescatado por el Señor? Él es tu escudo y tu ayuda; él es tu espada victoriosa. Tus enemigos se doblegarán ante ti; sus espaldas te servirán de tapete. Deuteronomio 33:29